
Después de no sé cuántos años de tomar café con leche con azúcar o últimamente con edulcorante, hace muy poquito (hará unos meses) me di cuenta de que lo puedo tomar amargo perfectamente. Que me gusta así, sin nada y que el agregado de un dulzor le tapa su verdadero sabor.
O sea ahora tomo el café con leche y ni siquiera ensucio una cucharita. Me ahorro dos cosas: el edulcorante y el lavado de la cucharita. ¡Y eso me pone contenta!
2 comentarios:
A mi también me hace feliz el café con leche, pero con azúcar. Y sumo a la siesta (si es cucharita mucho mejor), y a leer el diario en la playa. Hasta ayer podía incluir el asado, pero fui a comer con Pablito y Leo y me hizo muy mal.
Yo tomo la leche con Cacao y además de ahorrarme el azúcar, me ahorro de lavar el recipiente donde se hace el café (que no me acuerdo cómo se llama). Las cucharitas chiquitas son un tema aparte, a mí no me gustan.
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