miércoles, 4 de febrero de 2009

Leonardo, Kate & Sam


El domingo me fui del cine con la sensación. Esa sensación que cada tanto se nos da: la de haber visto una gran película. En el momento en el que la pantalla se fundió a negro y empezó a correr el listado de créditos, me di cuenta de que iba a ser difícil ponerse de pie, mirar a mi amiga y salir de la sala como si nada hubiera ocurrido. De hecho fue tan difícil que con Paola nos miramos pero no nos pudimos hablar, recién afuera descargamos un “uh”.

Para los que no la conocen, Pao es una chica de lengua fácil y casi nada le quita el habla. Una película que la deja sin palabras es una película con mayúsculas. Sólo un sueño pudo con ella, y conmigo, y creo que con gran parte del público que estaba en la sala del Hoyts Abasto.

Una película que te deja pensando, que propone reflexionar sobre algunos temas en general; replantearse algunas actitudes y decisiones que tomamos en la vida. Una película simple, con grandes actuaciones, con planos cerrados, con panorámicas aparentemente vacías que comunican mucho.

Dedos que se enredan en el cable del teléfono; un living ordenado, con los muebles en su lugar, lleno de luz y sin embargo oscuro; una chica que se emborracha, baila desenfrenadamente y termina la noche con una relación fugaz en el asiento de un auto. Todas escenas perfectamente craneadas por Sam Mendes -también director de otra película realista: Belleza americana-, e interpretadas con inigualable carácter por Kate Winslet y Leonardo Di Caprio.

El film está basado en la novela de Richard Yates Revolutionary road -el mismo título de la película en inglés-, que me dieron ganas de leer pero lamentablemente no se consigue fácil en Buenos Aires.

Algo parecido me pasó cuando fui a ver Crónica de una fuga; salí con ansias de leer Pase libre. En esa oportunidad tuve más suerte, mi amiga Ayelén me prestó el libro, propiedad de Pablito U. Lo terminé de leer en Uruguay y se lo devolví a su dueño meses después con restos de arena y humedad de mar. Ahora, si alguien me consigue la novela de Yates, prometo entregarla en tiempo y forma.

2 comentarios:

Princesa Turquesa dijo...

Como en el 95% de las veces en nuestra reciente vida conjunta, coincido plenamente. Yo fui sola al cine -sí, no tengo nadie que me mime...- y aunque hubiese estado acompañada, no habría podido comentarla hasta después de unas cinco cuadras, cuando llegué a mi casa. Definitivamente, hay que verla.

Pat dijo...

No quise comentar hasta verla. Y la verdad no se podía esperar menos de esos tres capos.
Me gustó y la sufrí como se debe, a fondo.
Qué suerte que no nos tocó ser mujeres en esa época y en USA. Dentro de todo zafamos.
Besitos!